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13 abr 2012

Critic File 044: Petshop of Horrors

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Editorial: Camelot Mikoshi (1 a 5) y Deux Studio (6 a 10 promesa)
Autor: Mitsuri Akino
Precio: Del 1 al 5 $15 pero se puede encontrar en librerías de saldos por $5
Periodicidad: Desconocida
Nota: Existe una continuación de la serie denominada brillantemente Shin Petshop of Horrors.



La Serie.


Petshop of Horrors (de ahora PSoH) es un manga de Mtsuri Akino que se serializó entre 1995 y 1998 en la revista Apple Misteries de la editorial Asahi Sonorama.

El manga en cuestión fue recopilado en un total de 10 tomos y cuenta las aventuras del Conde D (jamás se dice su verdadero nombre), un misterioso personaje quien es el encargado de la tienda de mascotas que lleva el mismo nombre. Lo sorprendente es que las mascotas que vende son muy exóticas y para sellar la venta se les hace firmar al cliente un contrato con una serie de normas que de no ser respetadas pueden terminar en desgracia, siendo este el punto interesante de la historia en su punto inicial ya que siempre el cliente termina incumpliendo alguna de las reglas y el caos se desata en la ciudad y ahí es cuando León, un detective de la policía de Los Ángeles se cruza en el camino del Conde D para encerrarlo y probar la culpabilidad del dueño de la tienda de mascotas.


La serie gira justamente en esos parámetros durante toda la historia con la inclusión de un par de personajes secundarios y algún que otro capítulo dedicado a los protagonistas donde se develan cosas de su vida o pasado.

El estilo de dibujo está claramente apuntado a lo femenino donde los más lindos son los personajes masculinos en detrimento de los femeninos llegando a casos extremos como el Conde D que es pura androginia.

El dibujo está bien para quien gusta de ese estilo que no es mi caso, notando que a veces los personajes son medio deformes teniendo espaldas o miembros de proporciones incorrectas particularmene al principio de la historia donde incluso el diseño del Conde D va variando hasta estabilizarse.



Lo que es insufrible es el excesivo uso de la autora de flores por todo el manga como tramas y todo el tiempo que me molestó sobremanera cada vez que se le ocurría ponerlo en práctica.

Después de leer el manga es evidente que la autora se inspiro en David Bowie para el diseño del Conde D y todo ese concepto de androginia que tenía ese cantante hace muchos años atrás.

Y muy probablemente la idea de la historia venga de haber visto Gremlins ya que el manga inicia justamente vendiendo lo que uno supone es uno de estos bichos como pasa en la película que lo compran justamente en una tienda china (nacionalidad supuestamente del Conde) ya que un par de páginas después el cliente lo llama desesperado diciéndole que la mascota se multiplico al mojarlo y que se transformo al darle de comer después de las 12 de la noche.

Además como particularidad hay que decir que todos los títulos de los capítulos empiezan con D, algo que lamentablemente es imposible de respetar en una versión traducida.

Para cerrar con los homenajes es claro que los personajes los robo, perdón, es decir los tomo prestados del Resident Evil ya que tenemos a Leon (Kennedy), su compañera Jill (Valantine) y el hermano del primero Chris (Redfield).



La versión local.


La versión local de PSoH nos llego de la mano de la por entonces editorial de la extinta comiquería (por el momento) Camelot bajo su sello denominado Camelot Mikoshi allá por principios del 2006.

Una época de mejor bonanza de las editoriales post apocalipsis del 2001 posibilito que el dueño de Camelot (Gerardo Bustos) se embarcara en la epopeya de editar mangas.

En su pericia de años al frente de una comiquería insignia del país la tenía muy clara y por eso eligió para comenzar una serie de tintes shojo/josei de una serie que acá unos pocos la recordaran de haber visto unos OVA’s que Locomotion en algún momento paso en el país, nada de series que salían en canales mucho más masivos como CN o Fox Kids por ejemplo.

Si a que la serie era poco conocida hay que agregarle que Gerardo no tuvo la mejor idea de venderlo en exclusiva en su local por lo tanto si querías hacerte de un ejemplar tenías que trasladarte hacia dicho establecimiento ya que ni se distribuía en kioskos, no sea que le quiten una tajada del dinero al dueño de la más grossa comiquería local.

El manga tenía un formato idéntico a los tankoubons chicos de Ivrea incluso con una calidad similar de papel e impresión bastante sorprendente.

Donde se nota la gran inexperiencia es en los otros rubros como la traducción y el diseño de los tomos.

Por un lado tenemos una traducción pésima que supongo por lo menos en los primeros tomos se traducía desde el idioma original.

Una tal María Soledad Nakagawa fue la autora en un principio de traducir los textos y supongo que la eligieron porque fue la primera persona de aspecto asiático que debe de haber visto Gerardo y pensó “Mmmmh está debe ser ponja, por dos mangos seguro me traduce” por lo que se imaginaran que la traducción es muy mala llena de errores ortográficos, falta de acentos y frases incoherentes.

Leer “bagos” o que en una misma frase el mismo personaje hable de tu y luego de vos o traducir una misma palabra u objeto de diversas formas en un mismo tomo es constante en los primeros tres cuando la traducción pasa a las manos de Patricia Martínez de la cual desconozco desde que origen traduce los tomos que le correspondieron pero hay que decirlo es un poco más decorosa.


Con respecto al diseñador de turno que hizo las tapas, retoque y letreado el trabajo recayó en Federico Bryans que hace un trabajo horrendo y me quedo corto.


Por empezar la tipografía utilizada es un asco y lo podrán apreciar si se atreven a comprar los tomos que lamentablemente es la misma en todos.

El tipo no solo deja diálogos descentrados o que se salen del mismo sino que en muchos casos los deja en blanco sobre todo aquellos que tenían onomatopeyas y que jamás se gastó en llenar como tampoco en tomarse el trabajo seriamente con aquellos textos que aparecen fuera de los globos que en muchos casos ni siquiera los volvió a escribir una vez borrados y cuando se acordaba no tenía mejor idea que en vez de tomarse el trabajo de borrar

el texto, rellenar lo borrado y tipear el texto nuevamente lo que hacía (supongo que con el Paint) era borrar la imagen original agregándole círculos a los que le adosaba el texto como si fueran globos de dialogo hechos por el autor y listo!!!

A esto súmenle que borraba casi todas las onomatopeyas y jamás volvió a ponerlas, o sea que cuando vos leas los tomos te das cuenta a la legua de que faltan onomatopeyas pues el borrado de las mismas es una total porquería y muy evidente, peor con las pocas que si ponía ya que lo hacía directamente con la tipografía de los textos!!!

Pero no se queda ahí la cosa no, además no tuvo mejor idea que incluir textos que en la versión original no existen cuando los personajes leen diarios incluso nombrándose en uno de esos textos espurios, los japoneses no notaron esto?!!

No notaron que le faltaban partes del tomo?, si, al final de cada uno había una sección donde la autora hablaba de las mascotas que aparecían en las historias e incluso dejaba algún que otro texto u omake cómico que la versión nacional volo de un plumazo cambiándola por otra hecha a las apuradas y sin muchas ganas que son un asco comparándolas con la versión original perdiendo las ilustraciones extras y originales que la autora había dibujado para la ocasión.

Por último quiero citar que las tapas no están en orden con la japonesa aunque desconozco si fue un error de la editorial japonesa o de Camelot Mikoshi.



Serie incompleta.


Increíblemente el manga tuvo una salida bástate regular (incluso más que LARP) y a lo largo de ese 2006 se editaron 5 tomos llegando a la mitad de la serie allá por noviembre.

Después de eso llego el anuncio de que las ventas habían sido tan magras que se cancelaba y desde entonces nada se supo hasta que como todos saben Camelot cerró y las tiradas de tomos sin vender fue comprada por Deux Studio que redistribuyo los tomos 1 a 5 por kioskos nuevamente con la promesa de continuarla mientras anunciaba que llegaba a un acuerdo con la editorial que poseía los derechos de la obra.

Por supuesto las promesas de Deux se las lleva el viento como parece está haciendo LARP y el tomo 6 jamás ha salido a la venta pues en un primer momento salto una deuda impaga del dueño de Camelot a lo que hay que sumarle que deberían darle el material de los próximos tomos recién cumplida esta deuda.

Para la Animate última muchos se pusieron contentos pensando que por fin después de más de un año de chamullo saldría el bendito tomo 6 pero fueron timados una vez más por Pablo Muñoz que desde entonces no ha dado señales de vida.



Conclusiones finales.


Yo doy por descontado que jamás veremos los tomos que le faltan editados en el país mientras Deux Studio sea quien dice querer sacarlos o por lo menos siendo positivo piensen que de acá a 10 años quizás puedan terminar.

La serie en sí no es nada del otro mundo y cuando lo leí en mi mente tenía una idea diferente de lo que termine de leer y no se parecía en nada al recuerdo que tenía de los OVA’s que había visto en Locomotion.

Es un manga con un estilo muy shojo que me molesta y que coquetea por momentos con el yaoi algo que justamente no busco cuando quiero leer algo.

Lo pueden conseguir por apenas $5 por librerías de saldos del centro pero ojo que esos tomos no están en muy buenas condiciones que digamos por lo que tómense el tiempo para elegir.
ESCRITO POR El Critico Citrico

Si queres mandarme un mail, podés escribirme a ccitrico@hikkikomoriroom.com.ar

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